Aumenta la capacidad de adaptación de las empresas.
Identifica cambios y desarrollos que pueden afectar a la empresa para anticiparse a ellos, a la vez que aumenta su predisposición al cambio.
Ofrece un marco general útil para la inversión continuada.
Posibilita el seguimiento del progreso y la ejecución del planning de la organización en cuanto a los objetivos marcados.
Mejora la comunicación y la cooperación en las empresas.
Facilita la cooperación entre múltiples departamentos, ya que todas las áreas de la empresa se alinean con los objetivos estratégicos.
Aumenta la rentabilidad de la invesión.
Un enfoque analítico y estructurado en la elección de estrategias y acciones conduce a una mayor rentabilidad sobre la inversión.
Constituye una hoja de ruta clara y definida.
Establece un calendario de acciones de marketing subordinadas a la estrategia corporativa, para alcanzar las metas a corto, medio y largo plazo.